Inglaterra.— El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, arribó este miércoles al castillo de Windsor, donde fue recibido con una ceremonia protocolaria encabezada por el rey Carlos III.
El mandatario estadounidense inició así una visita de Estado de dos días marcada por la pompa británica y la expectativa diplomática.
La jornada comenzó con una guardia de honor formada en los jardines del castillo, integrada por soldados a caballo vestidos con uniformes rojos y dorados, símbolo de la tradición militar del Reino Unido.
La familia real encabezó la bienvenida, que incluyó el himno nacional estadounidense interpretado por la banda real y una revista de tropas en compañía del monarca británico.
Trump, quien ya había realizado una visita oficial en 2018, regresa al Reino Unido en un momento en que ambos países buscan estrechar lazos comerciales y estratégicos.
Fuentes diplomáticas indicaron que en esta ocasión los temas centrales de la agenda son seguridad internacional, cooperación en inteligencia, transición energética y un eventual acuerdo bilateral de comercio.
Tras la ceremonia en Windsor, la agenda del presidente contempla una cena de Estado en el Palacio de Buckingham, reuniones con líderes parlamentarios y una visita a la Abadía de Westminster.
También se prevén manifestaciones en Londres, donde grupos opositores a la presencia del mandatario han convocado movilizaciones.
Con esta recepción cargada de simbolismo, el Reino Unido busca reafirmar la importancia de su relación con Washington, mientras Trump aprovecha la ocasión para proyectar liderazgo en la política global.